martes, 21 de abril de 2015



NOMBRE: Lisa D Alessandro M.
MATRICULA: 100055212.


TEORIA MALTUSHIANA DE LA POBLACION:


Es una teoría demográfica, económica y sociopolítica, desarrollada por el economista británico Thomas Malthus (1766-1834) durante la revolución industrial, según la cual el ritmo de crecimiento de la población responde a una progresión geométrica, mientras que el ritmo de aumento de los recursos para su supervivencia lo hace en progresión aritmética.
 Por esta razón, de no intervenir obstáculos represivos (hambre, guerras, pestes, etc.), el nacimiento de nuevos seres aumentaría la pauperización gradual de la especie humana e incluso podría provocar su extinción -lo que se ha denominado catástrofe maltusiana.
La ley de Malthus predecía por tanto la ocurrencia en el futuro de un fenómeno llamado catástrofe malthusiana en el que los recursos alimentarios serían claramente insostenibles para mantener a la población mundial y sobrevendrían graves guerras y hambrunas que diezmarían a la humanidad. Esta sección formaliza las ideas de Malthus en forma de ecuaciones diferenciales y calcula en función de ciertos parámetros el tiempo de ocurrencia de la catástrofe malthusiana en donde la cantidad de alimentos disponibles no es suficiente para sostener a toda la población.

Modelo matemático:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d9/Malthus_PL_en.svg/1024px-Malthus_PL_en.svg.png

Los países de Tercer Mundo, ¿son pobres porque crecen a un ritmo demográfico muy elevado, o crecen demográficamente mucho porque son pobres? 
Cabe destacar dos constataciones que admiten la mayoría de los demógrafos: la población en los países pobres crece más rápidamente que en los países ricos; y a medida que mejora el nivel educativo, que existe una mayor participación en la vida social, que se eleva el nivel de vida y se mejora la distribución del ingreso, disminuyen los ritmos de crecimiento demográfico. 

Afirmar que “la alta tasa de natalidad es causa del subdesarrollo” o que la causa de los problemas de los países del Tercer Mundo es un rápido ritmo de crecimiento demográfico”, no es más que una falacia que encubre los hechos radicales: la concentración del poder económico y político, el régimen de propiedad de la tierra, la situación de privación y saqueo que sufren los países subdesarrollados, y todo aquello que configura la situación de dependencia y subdesarrollo. El rápido aumento demográfico no es la única ni la principal causa del subdesarrollo, pero constituye un obstáculo para el mismo. 

El problema demográfico, hoy, en los países del Tercer Mundo se presenta con caracteres diferentes al de los países que tuvieron un proceso de expansión económica acompañado por un rápido crecimiento demográfico, como ocurrió en casi toda Europa a partir de la revolución industrial. Sin embargo, no puede negarse que un crecimiento demográfico demasiado rápido constituye un grave obstáculo para el desarrollo de un país. Este elevado ritmo de crecimiento de la población conduce a la paradoja de que junto a un cierto desarrollo económico y progreso social que se está produciendo en los países subdesarrollados, disminuyan al mismo tiempo las posibilidades de alimento, de vivienda, de trabajo, de escuelas, de vestido, con todas las secuelas que produce esta situación (marginalidad, crimen, desocupación, etc.). 

El hecho se explica fácilmente: el crecimiento económico se da, en términos generales, en función del aumento del producto nacional por habitante (PBI per cápita); para ello es necesario que la economía del país crezca en gorma progresiva y permanente a un ritmo superior que la población. El problema se agrava cuando los frutos del crecimiento económico son aprovechados principalmente por una minoría, lo que desemboca en la miseria de muchos y la “pobreza promedio” propia de los países subdesarrollados. 

Otra repercusión de esta explosión demográfica se da en la estructura de edades. Casi todos los países en vías de desarrollo tienen un elevado “coeficiente medio de dependencia”, entendiéndose por tal el número de habitantes menores de 15 años y mayores de 65 años, por cada 100 personas. Esto aumenta las cargas sociales de la población económicamente activa (PEA). Esto influye de dos maneras: por un lado el recién nombrado aumento de la carga social de la PEA y por otro (para la población joven) elevando el número de nuevos empleos que cada año son necesarios para absorber la fuerza laboral que se incorpora en el mercado de trabajo en número siempre creciente. Si no logramos esto, esta disparidad entre el número de personas que ingresan al mercado de trabajo y las oportunidades de empleo, incrementarán el desempleo del país. 

El problema que estamos analizando adquiere caracteres más graves si tenemos en cuenta que la tecnología actual se caracteriza por el alto uso de capital y por lo tanto, una menor absorción de la mano de obra por unidad de capital. 

La explosión demográfica se hace sentir también sobre el incremento de la demanda de servicios, con la necesidad de inversiones en otros sectores como por ejemplo escuelas que podrían tener un efecto multiplicador más inmediato y generalizado. El déficit de viviendas se hace cada vez más agudo y en algunas grandes ciudades parece insoluble. Estos datos son importantes para nuestro país ya que la pobreza en Argentina se mide por necesidades básicas insatisfechas (NI), las cuales son: 
• Acceso a la vivienda; calidad y hacinamiento 
• Acceso a los servicios sanitarios; disponibilidad de agua potable y cloacas 
• Acceso a la educación 
• Probabilidad de insuficiencia de los ingresos del hogar.





1 comentario:

  1. No hay desperdicio en tu artículo , hasta vi yemas que no sabía,que bien trabaja.

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